caminos-rurales5.jpg"Buenos Aires dispone de una red de 106.792 kilómetros de caminos de tierra o supuestamente mejorados. Muchos de ellos se encuentran, intransitables o en estado por demás deficiente. Conviven, sin embargo, dentro de ese cuadro 35 consorcios camineros validados por ordenanzas municipales", analiza este editorial publicado el sábado 14 de Julio.

El abandono de los caminos rurales


"Acaba de realizarse en Rauch el Primer Simposio de Caminos Rurales, organizado por la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) y por la Sociedad Rural de Rauch. Parecería ser, para quien lea distraídamente esta noticia, una cuestión de especificidad técnica, cuando en realidad desnuda prácticas de irresponsabilidad política, procedimientos patrimonialistas y hasta de corrupción en el uso abusivo de recursos públicos. Ante todo eso los contribuyentes se han puesto de pie y gritado: ¡basta!

Había en la reunión de Rauch funcionarios del gobierno bonaerense que debieron tomar nota de la denuncia de que el 60% de la red vial provincial está en malas condiciones. No se dijo eso como una imputación ceñida al comportamiento del gobierno ejercido desde La Plata, sino como constatación del estado de cosas al que se ha llegado después de muchos años de desaprensión estatal, sobre todo de autoridades municipales.Sin caminos no hay vida social ni producción, como tampoco habría vida en un cuerpo humano sin arterias. Infinidad de intendencias de la provincia actúan violentando razonamientos tan elementales. Reorientan hacia otros fines -uno principalísimo: el del abultamiento de las burocracias locales los cuantiosos montos que se tributan con destino a la preservación de caminos. Se comprende, pues, que los productores bonaerenses hayan dicho que "de una vez por todas quienes tienen la responsabilidad de gobernar debieran entender que deben cuidar el tamaño del Estado sin aumentarlo con fines proselitistas y, al mismo tiempo, que los fondos públicos deben ser manejados con real austeridad".

No todas las intendencias reprueban el examen de los productores. Se salvan Tres Arroyos, San Cayetano, Laprida, Tandil, entre otras pocas, entre los más de 130 partidos de la provincia. General Villegas ha sido, en el otro extremo, un caso patético por el desinterés en atender el reclamo de que homologue consorcios vecinales dispuestos a hacerse cargo del mantenimiento de los caminos después de las inundaciones de la primavera de 2017. Resta ver qué tienen para decir las autoridades de 25 de Mayo ante una presentación que ha hecho la Sociedad Rural local con el tino de quienes no pretenden sobresaltar de un día para otro las finanzas del municipio.

Ha propuesto esa entidad que, en 2019, se lleve al 60% la aplicación a caminos de lo que se recauda por tasa municipal y por recursos de la coparticipación provincial afectados por ley al mejoramiento de la red vial. El proyecto sugiere aumentar en 25 de Mayo aquel porcentaje al 70% en 2020 y al 80% en 2021. Nadie podrá decir que la iniciativa carece de prudente realismo como que se refiere, al fin y al cabo, a la aplicación paulatina de recursos que debieron haber tenido siempre un solo destino: el cumplimiento del servicio por el que la tasa que se cobra tendría que constituir una contraprestación ineludible, y no lo que ha terminado por ser con el tiempo: una práctica consuetudinaria y abusiva de las autoridades locales.

Buenos Aires dispone de una red de 106.792 kilómetros de caminos de tierra o supuestamente mejorados. Muchos de ellos se encuentran, como se ha dicho, intransitables o en estado por demás deficiente. Conviven, sin embargo, dentro de ese cuadro 35 consorcios camineros validados por ordenanzas municipales. El sistema funciona con municipios que acuerdan con los vecinos una pauta por la cual estos se hacen cargo de una o más motoniveladoras y del personal para manejarlas y reciben el gasoil y recursos por reparación de maquinaria, que se solventan con fondos constituidos por lo recaudado para tales fines. La experiencia, como ocurre en Arrecifes, es en general satisfactoria.

La degradación del Estado argentino en todos los órdenes desde tiempo a esta altura inmemorial ha descendido con sus males hasta la cédula básica de la institucionalidad, los municipios. Así como desde lo más alto ha comenzado en el continente una tarea de limpieza y regeneración que ha empujado por corrupción a exjefes de Estado a la cárcel o a huir en otros países, las sociedades comienzan a reaccionar incluso en su hartazgo por la ineficiencia e irresponsabilidades que se replican en ámbitos locales.

El simposio ruralista de Rauch ha sido testimonio cabal de esa reacción ya incontenible".

 

La Nación - 14 de Julio 2018